Cómo ahorrar en la factura de la luz: ¿es su tarifa la adecuada?

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Cómo ahorrar en la factura de la luz: ¿es su tarifa la adecuada?

Entender la factura de la luz es el primer paso para ahorrar y consumir electricidad en nuestro hogar de forma eficiente. La gran oferta de compañías eléctricas y la manera particular con que cada una de ellas emite sus facturas hace complejo entender nuestro consumo y saber si estamos contratando la potencia que necesitamos o en la franja horaria que nos corresponde según nuestro estilo de vida.

Conceptos principales de la factura

 

El recibo de la luz está formado por dos importes principales:

  1. La potencia contratada: es un coste fijo por disponer de electricidad, que se paga por cada kW de potencia contratada. Se paga independientemente de si se consume más o menos energía, incluso si no se gasta nada en todo el mes. Por tanto, se abona un coste por cada kilovatio contratado y por cada día de suministro y viene indicado claramente en la factura en €/kW/día o €/kW/mes o €/kW/año.
    Este importe se calcula con la siguiente fórmula:

    IMPORTE POTENCIA CONTRATADA = kW X precio unitario del kW X días facturados

    La potencia contratada es un coste regulado por el Gobierno a través del Ministerio de Industria; esto significa que, independientemente de la comercializadora, no debería ser mayor de los €/kW/día o €/kW/mes que establece el Gobierno en cada momento para el tipo de tarifa que hayamos elegido. Sin embargo, las compañías pueden hacer ofertas específicas en este importe y ofrecer descuentos en el mismo.

  2. El consumo: el coste de la electricidad consumida. Representa el coste real a pagar por el consumo eléctrico realizado durante el período de facturación, medido en kilovatios por hora. Este es el factor en el que más podemos ahorrar en nuestra factura.
    Por un lado, es importante adquirir hábitos que reduzcan el consumo de electricidad y, por otro, es posible comparar los precios del kWh que las comercializadoras ofrecen para cada una de las tarifas eléctricas. Todo se reduce a contratar el precio en €/kWh que más se ajuste al consumo de la vivienda.

Ambos importes varían en función de la tarifa que tenga contratada. A esto hay que añadirle otros conceptos (impuestos, alquiler del contador, otros servicios…)

Mercado regulado o mercado libre

 

Pero si damos un paso atrás, hay un aspecto fundamental sobre el que debemos indagar para poder entender y desglosar nuestra factura, y es si la compañía contratada se adhiere al mercado regulado o al mercado libre:

  • En el mercado regulado todas las compañías estructuran de la misma manera las facturas.
  • En el mercado libre, las compañías son libres de elaborar las facturas como quieran.

A simple vista las facturas de mercado libre o regulado pueden guardar un aspecto similar. Algunos datos básicos son comunes de ambas:

  • Nombre de la compañía, que permite saber si estamos en el mercado libre o regulado.
  • Período de consumo, que puede ser bimestral o mensual.
  • Referencia del contrato de suministro. Es un dato fundamental para identificarte, pero en muchos casos es más útil el CUPS (Código Unificado de Punto de suministro), que identifica tu instalación y se mantiene, aunque cambies de comercializadora.
  • Peaje o tarifa de acceso.La tarifa de peaje se determina en función de la potencia contratada (2.0 si es menor de 10kW) y si tienes o no tarifa de discriminación horaria (DHA o A). El importe es fijado por el Ministerio. Con este concepto pagas por el uso de las redes de transporte, distribución y otros costes regulados.
  • Potencia contratada. La mayor parte de los hogares tiene entre 3.3 y 4.6 kW. Por debajo de 3 kW se puede solicitar el bono social, y por encima de 10 kW ya no se tiene derecho a la tarifa PVPC del mercado regulado.
  • Facturación por potencia contratada. Se paga, aunque no haya consumo. Por eso, cuanto mayor sea la potencia, más pagas.
  • Facturación por energía consumida: Esto se paga en función de lo que efectivamente se consume: la compañía cobra por cada kWh de energía consumida.
  • Impuesto sobre la electricidad.
  • Alquiler de equipos de medida. Está regulado por la Administración. Se calcula con la siguiente fórmula, salvo que el contador sea suyo.

    COSTE ALQUILER EQUIPOS DE MEDIDA = días facturados X precio de los equipos

  • IVA. Se aplica el tipo del 21% de IVA a la suma del total de la factura.

Mientras que la factura de mercado regulado se presenta siguiendo el mismo modelo por las compañías adheridas, en el mercado libre las empresas pueden facilitar todos estos datos u omitir algunos y añadir otros distintos, tales como gráficas de consumo, lecturas de contador, descuentos y bonos sociales.

¿Por qué hay dos mercados?

 

Desde el año 1997 en España comenzó un largo proceso de liberalización del mercado que culminó en el año 2009. Fue a partir de entonces cuando los consumidores tuvieron la liberta de elegir con quién contratar su electricidad entre las casi 100 comercializadoras que existen en la actualidad. Pero la liberalización total aún no se ha completado y el mercado regulado aún está vigente.

Con respecto a nuestra factura de la luz, ambos mercados comparten dos de los conceptos que se incluyen:

  • Los peajes de acceso que fija el Gobierno y sirven para pagar los gastos de la red eléctrica y el hacer llegar la electricidad hasta nuestras viviendas
  • Los impuestos: el Impuesto Especial sobre la Electricidad (5,11%) y el IVA (21%).

Lo que diferencia y separa a los dos mercados es el precio que se cobra por producir electricidad.

Mientras que en el Mercado libre se tiene la certeza de lo que se va a pagar por cada kWh consumido ya que el precio lo fija la empresa comercializadora, en el mercado regulado, el precio del kWh está sometido a fluctuaciones y el precio cambia cada hora y cada día según la oferta-demanda de quienes producen energía y quienes la venden al consumidor (la comercializadora).

Cualquier consumidor puede cambiar de un mercado a otro cuando lo desee, aunque en el mercado regulado no podrá superar una potencia de 10 kW.

Independientemente de cada mercado, lo cierto es que, habitualmente, la sobrecarga de información en la factura puede abrumar a muchos consumidores hasta llegar a confundirlos o dificultarles la tarea de interpretar sus recibos y poder valorar si el consumo pagado se corresponde con el uso que hacen del servicio. Por ello, será aconsejable pedir asesoramiento a los profesionales del sector para conocer cual puede ser la mejor opción en función de nuestras necesidades.

Ahora que le hemos explicado unos puntos básicos para entender su factura, puede comenzar a ahorrar en consumo cambiando pequeños hábitos en su hogar.